Galería Spada

Piazza Capo di Ferro 13. (Abre el mapa)
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Descripción

La Galería Spada se encuentra en el palacio con el mismo nombre que antiguamente perteneció al cardenal Girolamo Capodiferro (1502-1559), quien asignó su construcción en 1548 al arquitecto Bartolomeo Baronino. Giulio Mazzoni realizó las ricas decoraciones en la fachada y los estucos en el patio.

En 1632, el palacio fue comprado por el cardenal Bernardino Spada (1594-1661), quien lo convirtió en su residencia llamando a pintores, escultores y arquitectos para restaurarlo. El mismo Francesco Borromini realizó en 1652-53 la particular Galería de Perspectivas en colaboración con el matemático Padre Giovanni Maria de Bitonto que a través de la ilusión óptica creada por el piso ascendente, las paredes convergentes y la bóveda descendente simulan una profundidad mucho mayor que los 9 metros actuales.

El cardenal Bernardino, coleccionista apasionado, creó su colección de pinturas, que se incrementó más tarde gracias al aporte de sus sobrinos, en cuatro salas del ala izquierda del palacio. El Palacio y la Galería fueron comprados por el Estado en 1936 después de eventos alternativos que causaron la dispersión de un gran número de pinturas para albergar al Consejo de Estado.

Actualmente, la colección de la Galería, compuesta en gran parte por la colección del cardenal Bernardino, presenta un rico conjunto de pinturas, muebles, esculturas antiguas y modernas, que incluyen dos mapas del mundo y del cielo del siglo XVII de los cielos. El holandés W. Blaeu.

Las pinturas más significativas incluyen las obras de Guido Reni (Retrato del cardenal Bernardino Spada y San Jerónimo), Guercino (Muerte de Dido y Retrato del cardenal Bernardino Spada), Tiziano (Retrato de músico), Mattia Preti (Cristo tentado por Satanás, Cristo y la adúltera), Brueghel el Viejo (Paisaje con molinos de viento), Cerquozzi (La revuelta de Masaniello).

La variedad de temas iconográficos seleccionados, que van desde escenas religiosas a mitológicas, desde retratos hasta bodegones, así como las diferencias entre las escuelas pictóricas representadas, constituyen un ejemplo importante del gusto de los coleccionistas en el Siglos XVII y XVIII.