Obelisco del Vaticano

Piazza San Pietro. (Abre el mapa)
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Descripción

Este obelisco, junto con los de Piazza dell'Esquilino y Piazza del Quirinale, no tiene lados decorados. Es concebible que estos obeliscos hayan sido traídos a Roma sin terminar directamente desde el sitio de excavación, atribuyendo la falta de decoración o inscripciones a una muerte prematura del faraón que los había encargado.

La relevancia del obelisco del Vaticano está dada sobre todo por la importancia del escenario que lo rodea. Es de granito rojo y tiene más de 25 metros de altura. Originalmente tenía que alcanzar los 45 metros, pero tal vez se rompió durante la erección, por orden de Augusto, en el Foro Giulio di Alessandria.

En el 37 d. C. el emperador Calígula ordenó su traslado a Roma, donde se erigió en el Circo Vaticano o de Calígula y Nerón. Según la tradición, muchos cristianos fueron martirizados aquí, incluido el mismo San Pedro.

El hecho de que, a diferencia de los demás, este obelisco siempre ha permanecido en pie, se atribuye precisamente a la importancia que tenía para las personas que lo consideraban un testigo de tales eventos tan tristes. Y es cierto entonces que, dada su proximidad a los edificios circundantes, si se hubiera demolido, se habría arriesgado a estrellarse contra ellos. Desde el lugar del primer asentamiento romano se trasladó siguiendo las obras vecinas para construir la Basílica de San Pedro.

Después de varios proyectos que no se llevaron a cabo, el transporte al centro de la Plaza de San Pedro se llevó a cabo gracias a la voluntad firme del papa Sixto V, quien encargó directamente a Domenico Fontana (1543-1607) el grandioso proyecto. En esta ocasión, también se examinó el contenido del globo terráqueo en la cima (ahora conservado en los Museos Capitolinos), que se cree que contiene las cenizas de César, pero no se encontró nada más que polvo.

Hay una gran cantidad de grabados contemporáneos que ilustran, como en un reportaje moderno, las fases del transporte complicado. La reubicación en la Piazza, que tuvo lugar sin incidentes y en muy poco tiempo, fue seguida con ansiedad por toda la población que en el último día trajo a Domenico Fontana triunfante.

El obelisco fue erigido "en la puesta del sol" el 10 de septiembre de 1586.